
Todo lo que ha
venido desde entonces ha sido primero impuesto por aquella barbarie, luego por
el terror de la dictadura, más adelante por el miedo a la involución y, en última
instancia, por la política de los hechos consumados, pero no porque los
ciudadanos lo hayan decidido.
Así nos
encontramos ahora, 82 años después, con una monarquía impuesta por un dictador
y que nadie ha votado, porque en su momento Suárez no se atrevió a hacer un
referéndum para legitimarla y, tras la abdicación, el nuevo monarca tampoco lo
ha hecho.

¿O será que
tienen tan poco que ofrecer que sólo pueden imponerse por la violencia, el
miedo y la represión? Si es así, es una forma muy triste de gobernar un país.
¡¡¡LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS!!!
¡¡¡ VIVA LA REPÚBLICA!!!
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