miércoles, 16 de noviembre de 2022

Un estado inmaduro y caprichoso

¿Se han encontrado alguna vez con un niño de esos mal criado y caprichoso que, porque es dueño de la pelota, se la lleva en cuanto va perdiendo, hasta que los demás le dan por bueno el gol que claramente ha salido por la banda?

Pues eso mismo es lo que acaba de hacer el estado español, de la mano de la Junta Electoral Central, al decir que no reconoce como eurodiputado al presidente Carles Puigdemont.  

España dice querer jugar en la liga europea, pero lo dice solo porque le interesan las subvenciones, si no fuera por eso no le ha interesado nunca ni Europa ni el resto del mundo. 

Reclamaron cuando votamos a Puigdemont como eurodiputado, y les dijeron claramente que las reglas para Estrasburgo eran las de Europa y no las españolas, por tanto, no hacía falta acatar la constitución. Y ahora vuelven a salir con lo mismo. 

Ello demuestra que la Junta Electoral Central, como todo el estado, no es más que un grupo inmaduro y malcriados que, por estar en un país donde permiten que impere la mediocridad y la picaresca, piensan que en todas partes funciona igual. 

Si ellos no son los amos de la pelota, sino que trabajan para nosotros, ¿hasta cuándo vamos a seguir sin pedirles responsabilidades? ¿debemos resignarnos a que nos avergüencen ante el mundo, con sus salidas de tono intolerantes y totalitarias? 



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