El Govern llevará
al Parlament la propuesta para hacer un pacto de transición hacia un futuro
basado en las energías renovables, con el objetivo de que Cataluña deje de depender
de las actuales fuentes externas, caras y contaminantes, hacia el 2050.
Para conseguirlo el
ciudadano no solo tendrá el rol de consumidor, sino que también podrá generar,
almacenar y vender la energía verde que tenemos en abundancia. Esta posibilidad
es hoy factible gracias a los avances en digitalización de la red eléctrica.
El camino será
largo ya que actualmente la energía verde supone el 8% del total, frente al 20%
que exige la UE para el 2020, pero sobre todo estará lleno de obstáculos, el
principal es la política energética del estado, que protege a unas eléctricas
incapaces de adaptarse al cambio que ya está aquí.
En vez de
diversificarse, como hizo Tabacalera, las eléctricas han preferido confiar en
la mediocridad de nuestra clase política, para exigir que las protejan a cambio
de contratar algún ex alto cargo cuando ya no se sabe qué hacer con él. El
último, un ex director general de la Guardia Civil, ha sorprendido a todo el país.
Lejos de hacer
propuestas de mejora, el estado nos amenaza si usamos energías alternativas y nos
obliga a tener la electricidad más cara de Europa, recordándonos que este año
pagaremos al menos 100 euros más por la luz, el único plan alternativo es
esperar que llueva.
Es curioso que
algunos aún se pregunten porque Cataluña quiere la independencia, muy sencillo:
porque, a parte de hacer el gran Madrid (lo que incluye toda la red AVE) y conservar
el poder, no existe ninguna propuesta ni intención del estado para mejorar
España ni la vida de los españoles, ni siquiera en cosas obvias como el uso de
energías limpias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario