viernes, 11 de junio de 2021

Balance del procés (castellano)

¿De verdad alguien pensaba que así 
dejaríamos de querer la independencia?
Hay mucho debate sobre si el independentismo ha avanzado o si la confrontación con el Estado ha sido estéril a la vista de que, aparentemente, volvemos al autonomismo.

Es cierto que el independentismo no valoró bien la respuesta del Estado porque, como demócratas que pretendían resolver la situación por medio de la política, nunca pensaron que este optaría solo por la represión.

Pero el Estado tampoco valoró que la violencia, en el siglo XXI, solo otorga victorias pírricas, y su “a por ellos” les está saliendo bastante caro.

Han perdido la batalla política en Cataluña, como demuestran los resultados electorales del PP, pero además, ni un solo independentista ha cambiado su anhelo de libertad.

Se ha desenmascarado a un Estado, a un rey y a unos partidos que se muestran más preocupados por garantizar la herencia del franquismo que por fortalecer la democracia.

Se ha desnudado a la Justícia, al saberse que se tiene controlado a todo un TS por la puerta de atrás.

¿Así es como creen que se defiende España? 

Se ha hecho un daño irreparable a los jueces, al obligarles a hacer el trabajo que los políticos no hicieron, y ellos se han saltado leyes europeas, han vulnerado derechos fundamentales y han hecho presos políticos, algo incomprensible en nuestro entorno.

Además, ya no pueden volver a traer 10.000 uniformados a apalear votantes, porque Europa les dijo que esa no era la manera, y algunos jueces ya se preguntan si ha valido la pena perder su prestigio e independencia por el partido más corrupto de Europa.

En definitiva, el Estado es un gigante con los pies de fango, sin ninguna credibilidad, al que solo le queda una constitución cada día más cuestionada y unos medios que confunden el periodismo con la manipulación.


BASTA DE REPRESIÓN

AMNISTÍA PRESOS POLÍTICOS

AUTODETERMINACIÓN


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