sábado, 24 de octubre de 2020

Sangrías y sanguijuelas (castellano)

¿Les parece serio que un mismo asunto tenga resultados opuestos según el juzgado donde caigan? Hay muchos ejemplos, como los diferentes grados de semi-libertad de presos políticos catalanes (así les llama la ONU) o la condena a Joaquim Forn versus la absolución de Trapero.

Esto no le ocurre solo a la Justicia sino a todas las profesiones, pero algunas lo han resuelto por puro sentido común y, con toda seguridad, la judicatura tendrá que abordarlo, antes o después.

En Medicina, no hace mucho tiempo, cualquier actuación dependía solo del criterio del médico, lo que suponía que ante el mismo cáncer se podía hacer quimioterapia sola, radioterapia sola, diversos tipos de cirugía o combinaciones varias.

El problema es que unos tratamientos dan mejores resultados que otros, en forma de supervivencia y de menos secuelas para los pacientes, por eso nacieron los protocolos clínicos que avalan los mejores procedimientos y que todos los hospitales serios procuran seguir.

¿Se tratarían ustedes un cáncer con sangrías y sanguijuelas, si su médico sin ningún fundamento científico les dijera que lo hacía para preservar la esencia de la medicina más tradicional? ¿O pedirían su inhabilitación para evitar males mayores?

En cambio, permitimos que algunos jueces y fiscales ejerzan de guardianes de la esencia de una España rancia y caduca con la que solo se identifican los cómplices de la dictadura, que en cualquier país normal estarían juzgados e inhabilitados.

Esos “salvadores” metieron en prisión durante dos años a Sandro Rosell, sin ningún motivo; han inhabilitado dos presidentes elegidos democráticamente; y le han destrozado la vida a Tamara Carrasco sin fundamentos, porque son el equivalente a las sangrías y sanguijuelas.


BASTA DE REPRESIÓN

AMNISTÍA PRESOS POLÍTICOS

AUTODETERMINACIÓN


No hay comentarios:

Publicar un comentario