Esto no le ocurre solo a la Justicia sino a todas las profesiones, pero algunas lo han resuelto por puro sentido común y, con toda seguridad, la judicatura tendrá que abordarlo, antes o después.
En Medicina, no hace
mucho tiempo, cualquier actuación dependía solo del criterio del médico, lo que
suponía que ante el mismo cáncer se podía hacer quimioterapia sola, radioterapia
sola, diversos tipos de cirugía o combinaciones varias.
El problema es que unos tratamientos
dan mejores resultados que otros, en forma de supervivencia y de menos secuelas
para los pacientes, por eso nacieron los protocolos clínicos que avalan los
mejores procedimientos y que todos los hospitales serios procuran seguir.
¿Se tratarían ustedes un
cáncer con sangrías y sanguijuelas, si su médico sin ningún fundamento
científico les dijera que lo hacía para preservar la esencia de la medicina más
tradicional? ¿O pedirían su inhabilitación para evitar males mayores?
En cambio, permitimos que algunos jueces y fiscales ejerzan de guardianes de la esencia de una España rancia y caduca con la que solo se identifican los cómplices de la dictadura, que en cualquier país normal estarían juzgados e inhabilitados.
Esos “salvadores” metieron
en prisión durante dos años a Sandro Rosell, sin ningún motivo; han inhabilitado
dos presidentes elegidos democráticamente; y le han destrozado la vida a Tamara
Carrasco sin fundamentos, porque son el equivalente a las sangrías y
sanguijuelas.
BASTA DE REPRESIÓN
AMNISTÍA PRESOS POLÍTICOS
AUTODETERMINACIÓN
No hay comentarios:
Publicar un comentario