Cuando se llega a ese nivel de soberbia y descaro se deja de
tener en cuenta las apariencias, porque creen que en su casa hacen lo que quieren,
y entonces actúan sin miramientos, lo que pone en evidencia la necesidad de un
cambio drástico.
No inhabilitaron a Felipe González por crear la banda
terrorista GAL, que asesinó y secuestró decenas de personas. Tampoco a José
Maria Aznar por mentir para meternos en una guerra ilegal, que provoco miles de
muertos y la miseria de un pueblo.
Ni a Rodriguez Zapatero por negar una crisis económica que
hizo que miles de familias fuesen a la ruina y pasaran hambre. Ni a Mariano
Rajoy por mandar a 10.000 energúmenos uniformados a apalear anciana que solo
pretendían votar.
Pero han inhabilitado a Quim Torra por no descolgar una
pancarta relativa a un derecho fundamental, reconocido en todo el mundo
civilizado. Y todo ello promovido por un organismo administrativo, no judicial,
sin competencia para condenar ni rango jerárquico superior a la presidencia de
una Comunidad Autónoma.
La soberbia, la prepotencia, el odio y el deseo de reprimir de este estado hace que España no tenga solución y lo único que se puede hacer con ella es tenerla lo más lejos posible.
BASTA DE REPRESIÓN
AMNISTÍA PRESOS POLÍTICOS
AUTODETERMINACIÓN
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