Habría que
recordarles
que esa Justicia fulminó al gobierno legítimo de Cataluña, con el 155; convocó
las elecciones cuando les vino en gana (el 21-D); e interfirió en la formación
del gobierno escogido por la ciudadanía porque no era de su agrado.
También impidió el
nombramiento del presidente escogido por los electores, decidió quien podía ser
diputado, de qué se podía hablar en un Parlamento soberano o qué se podía
publicar y, cuando le pareció, tergiversó normas y procedimientos para echar a
un presidente en activo.
Y ahora se erige en paladín
de la democracia y nos obliga a votar durante la peor oleada de coronavirus,
saltándose las recomendaciones de los expertos sanitarios y despreciando los
derechos de los ciudadanos que no votaran por miedo o por estar confinados.
De nada sirve recordarle que estas elecciones las pagaremos con muertos, ni que tenemos que proteger al sistema sanitario, que está sobresaturado desde hace casi un año.
Lo único que busca es
acabar con el independentismo y para ello hay que aprovechar el momento, ahora
que las encuestas son favorables al PSOE, y lo de menos es si hay gente que no
puede votar o muere por haberse contagiado.
Pedro Pacheco se equivocó
al decir que “la Justicia es un cachondeo”, porque fue y sigue siendo colaboradora
necesaria y cómplice de la represión, y eso no es ninguna broma; ahora, como en
el franquismo, es un peligro para la democracia y para los españoles.
BASTA DE REPRESIÓN
AMNISTÍA PRESOS POLÍTICOS
AUTODETERMINACIÓN
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