domingo, 11 de noviembre de 2012

La reforma electoral (4): La fecha de las elecciones


La cuarta de las propuestas para la reforma electoral es la fecha de las elecciones, que muchos pensaran que es un tema menor en la responsabilidad de la actual degradación de la vida política española y catalana, pero creo que se trata de un tema conceptual y que hay que tener en cuenta. 

¿Cuando tenemos elecciones en España o en Cataluña? Nadie lo sabe, porqué cada presidente de gobierno central o autonómico las convoca cuando le va bien o, lo que es lo mismo, cuando las encuestas le dan más ventajas o menos desventajas. De esta manera no es raro que no se acaben las legislaturas, sino que se acorten, según los intereses particulares de una persona o de un  partido.

Ello impide que la clase política haga su trabajo con calma, ya que la hipótesis de adelanto electoral les obliga a tener la maquinaria siempre a punto. Recordemos que el primer año de legislatura es para tomar contacto con la situación y que el último es para preparar la próxima campaña, por tanto solo quedan los dos años del medio para trabajar de verdad en los proyectos del país y, si empiezan pronto los rumores de elecciones anticipadas, el parón de todo es inevitable y eso no nos lo podemos permitir.

No todos los países tienen este sistema. Es bien sabido que en los Estados Unidos las elecciones tienen lugar cada cuatro años y que la fecha es el primer martes, después del primer lunes, del mes de noviembre del año que toca. Tan simple, sencillo y clarificador que todo el mundo sabe qué ha de hacer de cara a aquella fecha concreta, tanto los que están en el gobierno como los de la oposición.

Ni el presidente tiene capacidad para cambiar la fecha, un hecho que nos puede parecer banal, pero que indica claramente que aquella democracia está por encima de todo y de cualquiera. En ningún caso se da la imagen de que sin “el líder”, el país se quede huérfano y desamparado. Pese a tener un régimen presidencialista, ocupado por el hombre más poderoso del mundo, la democracia no está rendida a sus manos, ni es un juguete de sus intereses. En ningún momento parece que dependan de una persona para sobrevivir, ja que la democracia es mucho más y está por encima de todo el mundo, por más importante que sea.

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