martes, 12 de diciembre de 2017

Elecciones a República

¡Campaña electoral, que pereza! Es cierto que esta vez es distinta de las anteriores, tanto por cómo  se ha generado, como por su desarrollo y por lo que se juega el país.

En su génesis, porque son unas elecciones ilegítimas, al ser impuestas por el presidente del Estado, que no tiene potestad para convocar elecciones en una Comunidad Autónoma y mucho menos disolver su Parlamento y encarcelar u obligar al exilio al gobierno legítimo.

Por su desarrollo, ya que se hacen con una desigualdad indecente entre los distintos candidatos: algunos en prisión, otros exiliados, con prohibiciones absurdas (color amarillo), palabras proscritas (“libertad”, “democracia”, “presidente Puigdemont” o “consejeros legítimos”), con censura en los medios de comunicación, amenazas y expolios patrimoniales.

En esas condiciones uno siente vergüenza cuando los candidatos del 155 aseguren que es una gran oportunidad. ¿Qué dignidad habría en una victoria con el adversario atado de manos y pies? Aunque, si se cumplen las encuestas, ni siquiera así ganaran y su derrota será total e inapelable.

Y sobre todo por lo que se juega el país, que es volver al único régimen legítimo que ha tenido España desde que empezó el siglo XX: la República, a la cual violaron con una guerra indecente, luego con una dictadura y más tarde con una monarquía postfranquista.

Una monarquía que nadie votó y que se disfrazó de demócrata a cambio de que aceptáramos dejarlo todo atado y bien atado (amnistía de crímenes franquistas, corona, unidad nacional y mantener privilegios para la casta que ha gobernado durante siglos), pero que en cuanto se quiere cambiar algo, muestra su verdadera cara reprimiendo, encarcelando, censurando, multando y expoliando.

Si Cataluña proclama la República, ¿hará lo mismo España o seguirán cómo hasta ahora? 


¡¡¡LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS!!! 

¡¡¡VIVA LA REPÚBLICA!!!


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