martes, 19 de diciembre de 2017

Jóvenes y proceso

A la comida de empresa de Navidad han venido también contratados externos que participan en los proyectos. Me siento al lado de José Luís, un madrileño que está acabando un trabajo de control de calidad, de 6 meses.

Como estamos a 3 días del 21-D se habla de la independencia. Asegura que lo que más le ha sorprendido es la determinación de tantos jóvenes a favor del proceso y se pregunta cómo hará España para recuperarlos y si tal cosa es posible.

Le comento que esos jóvenes, que ahora piensan en su futuro, tienen que escoger entre dos alternativas.

La primera supone hacer un país nuevo, una república de ciudadanos libres e iguales, que tiene en cartera 28 leyes de protección a las personas: las que ha tumbado el TC y que, en caso de desplegarlas, supondrían un nivel de bienestar equiparable a los países nórdicos.

Además, según muchos economistas, ese país no solo es viable sino que puede ser de los más ricos de Europa. El diario ABC asegura que si Cataluña tuviera el cupo vasco tendría 20.000 M€ anuales más y crearía 200.000 puestos de trabajo, dejando el paro en el 6%.

Un país de gente alegre, pacífica, imaginativa (solo hay que ver como se escondieron las urnas el 1-O), con iniciativa, solidaria (como muestra cada año La Marató) y amantes de la cultura.

La segunda alternativa es seguir siendo súbditos de una monarquía posfranquista, gobernada por una clase corrupta que nos ha arruinado en beneficio de unas élites caciquiles incapaces de crear riqueza y mucho menos de compartirla.

Un país que ha olvidado a las personas, anquilosado (la respuesta siempre es “no”), sin ilusión, sin proyectos (después de 30 años no tenemos corredor Mediterráneo), incapaz de aprovechar sus grandes potencialidades (impuestos al sol) y con el mayor paro de Europa.

No pretendía convencerle, pero me dice que si fuera uno de esos jóvenes lo tendría claro.


¡¡¡LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS!!! 

¡¡¡VIVA LA REPÚBLICA!!!



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